Todas las personas somos capaces
de lograr lo que nos propongamos. Que un grupo de empresarios hayan
desarrollado sus negocios hasta convertirlos en una transnacional, no quiere
decir que ellos sean más hábiles, ni muchos menos que la suerte este de sus
lados y no de los que aún no logran el éxito.
Los conocimientos, la dedicación,
la experiencia y el dinero no son suficientes para obtener el tan ansiado
éxito. Para lograrlo se requiere de una mentalidad que sea capaz de vencer
cualquier obstáculo que se presente. Los mantras, que son como instrumentos
mentales, funcionan como ese combustible que necesita tu mente para estar
fuerte.
¿QUÉ ES UN MANTRA?
“Mantra” es un
término procedente del sánscrito que puede traducirse como “palabra sagrada” o “pensamiento sagrado”. En el
hinduismo y en el budismo, los mantras son sílabas, palabras sagradas que los
fieles recitan durante el culto para invocar a la divinidad o como apoyo a la
meditación. En el mundo de los negocios, los mantras se aproximan más al
concepto de lema, pero van más allá de los simples eslóganes publicitarios. Los mantras de las marcas son concisos y
resumen la esencia de la compañía en unas pocas palabras.
Un mantra, aplicado al ámbito
empresarial, es una frase corta que expresa el sentido que queremos darle a nuestra compañía
y como va aservir a sus clientes. ¿Fácil no? …
probablemente no. La dificultad de escribir un mantra reside en que todo el
mundo espera que sea corto e impactante, cosa que
hace más interesante su elaboración por su belleza expresiva. La mejor
forma para ello es respirar hondo, concentrarse y preguntarse qué sentido va a
tener nuestra empresa para las personas a las que se dirige.
Esta frase, a diferencia de un eslogan, está
pensada para los empleados, sobre todo, como una pauta que da sentido a lo que
hacen en su trabajo. Un eslogan va dirigido hacia los clientes y pensado para comunicar las cualidades de un producto o
servicio.
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